La diversidad es algo natural, es decir, algo que la propia naturaleza ha creado o desarrollado. Existe una gran variedad en todas las especies animales y vegetales, minerales, y cómo no, también en la especia humana. Se debe reconocer la diversidad como una característica humana.
Esta diversidad, hace que todos no seamos iguales, es decir, que seamos diferentes, en cultura, color de piel, costumbres, formas de vivir, comer, lenguajes, creencias, etc.., es decir, hay un diversidad cultural. Lo que hay que entender es que el hecho de ser diferentes no nos hace mejores a otros, ninguna diferencia deber ser motivo de conflicto, ni de superioridad ni de inferioridad. Simplemente diferentes, y debemos aceptarnos los unos a los otros tal como somos, sin estereotipos, superándolos, sobre todo, gracias a la Educación.
Al existir diferencias, se crean grupos culturales a priori, confundiéndose diversidad cultural con categorización social. Estas categorías sociales informan sobre los grupos sociales, pero no sobre las personas que las integran. Hace mucho tiempo que la categoría social la da el dinero, apareciendo el concepto de clase social. El describir a las personas en función de sus diferencias, conlleva el peligro de juzgar erróneamente, o tener apreciaciones morales, lo que hace de alguna forma ejercer el poder sobre el otro.
No debemos de caer en la trampa de la homogeneidad, es decir, ordenar, clasificar y controlar deliberadamente. Si creamos grupos homogéneos estamos realzando las diferencias y creando grupos o guetos, impidiendo el intercambio cultural entre ellos, con la riqueza que conlleva dicho intercambio. Todos debemos aprender de todos, y ninguna cultura se superior a la otra. Todas aportan.
En educación, la igualdad se entiende como el derecho a tener las mismas posibilidades de acceso a ella, con los mismos recursos materiales y humanos, sin tener en cuenta el origen social o las posibilidades económicas. Aunque es difícil lograr una completa igualdad de oportunidades, hay que luchar para que se incremente, se favorezca y se extienda. La igualdad de oportunidades no se debe entender como igualdad en los resultados, sino igualdad en los recursos para lograr esos resultados.
El problema en la educación surge cuando la diversidad genera procesos de educación diferentes o adaptados a las diferencias de los alumnos, corriéndose el riesgo de penalizar al estudiante antes de ofrecerle la oportunidad de aprender. El estudiante, sea como sea, siempre merece una oportunidad, la responsabilidad de dársela es de las instituciones educativas y sus trabajadores.
Pienso que se recurre a la homogeneidad de los alumnos por ser lo más fácil y cómodo para los profesionales de la educación. Esta homogeneidad del alumnado o agrupación según características, conlleva el riesgo de que alumnos no encajen en ese grupo o modelo por las razones que sean, apareciendo el fracaso escolar, y que las expectativas de los profesores sobre los alumnos no se cumplan y viceversa. El argumento de la homogeneidad también recurre al trato igualitario, para ser justos, tratándoles de la misma forma. Esta forma de educar encubre las diferencias o bagajes personales, lo que no les hace justicia.
Esta forma de educar bajo la heterogeneidad o diversidad lleva ventajas, pero es más difícil y complicado llevarla a cabo. El esfuerzo del educador es mayor y debe de contar con la ayudad de otros educadores especializados. También conlleva esfuerzos económicos, como reducir las ratios, contratar educadores especializados, dividir el currículo en una parte de competencias indispensables y otra complementaria. En los tiempos que corren, el hablar de esfuerzos económicos…., habrá que conformarse con evitar los recortes.
El educar con diversidad significa que la variedad cultural aporta nuevos valores a los alumnos, nuevas culturas, formas de ver la vida, abrirse al mundo y su conocimiento y diversidad cultural. Los problemas se pueden resolver entre ellos, ayudándose unos a otros, y explicando el porqué de su forma de vestir o vivir. De esta forma se sienten valorados, y ayudar al profesor en su labor.
El profesorado debe aportar su grano de arena en este tipo de educación, teniendo la capacidad de extraer las ideas que considere más importantes para asegurarse que todos los alumnos, aunque sea a un ritmo diferente, vayan adquiriendo progresivamente esas ideas. Se debe centrar que todo el alumnado aprenda lo fundamental, e involucrar a todo el alumnado en ello, aprendiendo de una forma activa, viéndose la diversidad como una riqueza positiva para el grupo, en vez de cómo un problema u obstáculo para alcanzar objetivos individuales marcados desde fuera.
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