domingo, 10 de febrero de 2013

Educación y Discapacidad

Cuando hablamos de personas discapacitadas, casi siempre pensamos en personas con deficiencias psíquicas y físicas, las cuales necesitan de un cuidado especial, atención preferente, médicos, especialistas, fármacos, etc…, es decir, estamos pensando en un modelo médico, no pensamos en el modelo de social o el de integración. Pero estas personas también necesitan una cosa muy importante, que es la educación, pues les condicionará en mayor medida la posibilidad de acceder a vías de participación y normalización social, como por ejemplo, el poder conseguir un empleo. Esto ayudará en su integración en la sociedad, dejando de ser personas “especiales” y “discapacitadas”, siendo la educación un pilar fundamental para favorecer su autonomía y la inclusión social. Como dice la Declaración Universal de los Derechos Humanos, todas las personas tienen derecho a la educación. Hoy en día el 75% de la población europea con discapacidad no pasa de la educación obligatoria y menos del 10% llega a la universidad.
Otro tema a tratar sería la educación para las personas “sin discapacidad” para que entiendan y acepten el modelo de social y de integración, con una formación cívica, combatiendo actitudes discriminatorias, creando comunidades de acogida, en definitiva, construyendo una sociedad integradora.
“Todos presentamos Necesidades Educativas, pero algunos alumnos o personas presentan Necesidades Educativas Especiales. Estas tienen un carácter dinámico, ya que aparecen entre las características propias del sujeto y lo que entrega el sistema o programa de estudio. Las NEE no son siempre relacionadas a una dificultad de aprendizaje, también pueden presentarse porque el alumno capta y aprende demasiado rápido, por lo que necesita estar avanzando y aprendiendo más cosas que los demás. Para ambos casos, deben realizarse adaptaciones curriculares, y buscar la metodología o estrategia de trabajo adecuada para poder satisfacer aquellas necesidades educativas especiales”.  --> Enlace:

La educación para personas discapacitadas no debe consistir  solamente en el logro de que acudan a un centro escolar en condiciones de igualdad y normalidad, también debe consistir en favorecer el pleno desarrollo de la persona, preparándola para enfrentarse a las exigencias de la vida y de la sociedad, siendo esto válido para todas las personas.
Sin embargo, parece que la educación inclusiva se restringe a la educación obligatoria, y que la educación secundaria obligatoria, formación profesional y la universidad, tengan enormes dificultades para las personas con discapacidad. Esto nos lleva a unas condiciones de exclusión encubierta, en donde las condiciones de igualdad no existen para las personas con discapacidad a con el resto de la población.
Estas reflexiones nos llevan a pensar si la educación pese a sus buenas intenciones y planteamiento, está realmente al servicio de la integración o sirve como mecanismo de exclusión a determinados sectores de la población, no solamente para personas con discapacidad, sino sectores de población con escasos recursos económicos, inmigrantes, etnias, etc… Estos sectores tienen grandes recelos a llevar a sus hijos a centros concertados, bilingües, (por no mencionar los privados) habiendo una selección de estudiantes encubierta, y una educación de clases. Además, una vez dentro del aula, según el tipo de educación, metodología, estrategia, puede favorecer más a unos alumnos que a otros, con lo que se vuelve a producir una exclusión, ya que la educación actual sigue sin contemplar una educación integrador e inclusiva, una vez por falta de recursos, y otras por falta de actitud de los profesionales de la educación.
No debemos de hablar solamente  de integración escolar, sino también de integración social y laboral.
Este modelo contempla una posición intermedia, entre los determinismos biológicos y médicos y que la educación lo puede hacer todo. Adopta una visión optimista y considera al estudiante como un ser humano con posibilidades de formarse y realizarse, sean cuales sean sus características físicas y psíquicas.
Existen varios tipos de integración: física, funcional, social y en comunidad. Sin embargo esta diferenciación de integraciones no tiene sentido, ya que en ocasiones se le aparte del resto del alumnado para alguna formación especial o específica, con lo que se vuelve a la segregación (esto también es válido para alumnos con alto rendimiento escolar).
Por ello la verdadera integración escolar sólo puede ser la que se produce cuando el alumno con necesidades educativas especiales participa en un modelo único y general, que contemple las diferencias y se adapte a las características de cada alumno, al margen de compartir espacios comunes, que es algo fundamental pero no suficiente.
Actualmente el sistema educativo acoge al alumno con discapacidad y adopta un planteamiento de atención a la diversidad.
Las necesidades educativas se consideran como necesidades que todos los alumnos tienen de forma diferente y que precisan de respuestas acordes con dichas necesidades, pudiendo ir desde las especiales a las ordinarias.
Se considera que cualquier alumno puede experimentar dificultades para aprender en un momento u otro de su escolarización, es decir, no solo necesitan ayuda los discapacitados, sino todo tipo de alumnos, ya que por un motivo u otro no se adaptan al sistema escolar o a la educación secundaria, comenzando los problemas de fracaso escolar, absentismo.
La deficiencia se entiende desde una perspectiva educativa y contextual, de modo que las dificultades educativas resultan de la interacción entre las características del alumno y el currículum que la escuela ofrece. El nuevo contexto, profesorado, amistades, currículum, pueden afectar a todo tipo de alumnado, y el profesorado debe atender a todos estos tipos de problemas, siendo muchas veces, mayores estos problemas que los de los alumnos discapacitados.
Es normal encontrar alumnos brillantes en la educación primaria, pero que al pasar a la secundaria encuentran verdaderos problemas para adaptarse y seguir con el ritmo con la brillantez que lo hacían en primaria. Hay que encontrar las causas por las que existen alumnos que no se adaptan al método de enseñanza, ya que en principio todos los alumnos son iguales, y su rendimiento depende de muchos factores. Todos con capaces y hay que ayudarles a conseguir los objetivos.
La gran heterogeneidad de los alumnos con discapacidad hace que la intervención no tenga un patrón único educativo, por lo que  es fundamental la evaluación de dichos alumnos por profesionales para que establezcan para cada caso planes de actuación en relación con sus necesidades educativas especiales. Esta evaluación se realiza recogiendo información respecto a las características del alumno, del contexto socio-familiar y del contexto escolar, para ajustar de forma interdisciplinar (terapéutica, educativa, psicopedagógica y social) la respuesta educativa a las necesidades del alumno. Todo ello determinará cuales son las necesidades educativas, las ayudas técnicas, adaptaciones y personal de apoyo que precisa y las posibilidades educativas. Una vez identificadas estas necesidades se tomaran las decisiones pertinentes, como el concretar la oferta educativa ordinaria o específica más adecuada para cada caso.
La intervención con alumnos con necesidades educativas especiales se llevará a cabo tan pronto como sea posible, en cuanto se observen indicios de esa condición y después de haber realizado una evaluación psicopedagógica.
La situación de la atención de los estudiantes con discapacidad cambia en gran medida de una comunidad autónoma a otra y de la etapa educativa en la que se encuentren. Si hablamos de la etapa educativa los problemas son bastantes comunes entre las distintas etapas, siendo problemas que parecen que están siempre y que en el mejor de los casos se soluciona muy lentamente.
Hablamos de numerosas barreras físicas y de comunicación, falta de transporte. Sigue habiendo una excesiva derivación a centros especiales, porque los centros ordinarios no están preparados para este tipo de alumnado, por falta de medios personales (personal especializado) y materiales, es decir, el problema económico de siempre, y si encima le añadimos el agravante de la crisis, parece que este problema tiene difícil solución. Al igual ocurre con las ayudas técnicas adecuadas como el hardware y software adecuado y específico, de comunicación.
Existe una ausencia notable de apoyo a las familias de los alumnos, y falta una coordinación entre las distintas instituciones y servicios (sanitarios, sociales, educativos, asociativos..).
Si nos centramos en la etapa de educación infantil, los problemas que encontramos son una insuficiente oferta de plazas, a los centros de educación especial solo pueden acceder los casos gravemente afectados desde los tres años y si viven en la población en la que se ubica el centro. Sigue existiendo una falta de coordinación entre la administración educativa, sanitaria y de asuntos sociales.
En cuanto a la etapa de la educación obligatoria los problemas más habituales son la escasez de profesionales especialistas, su inestabilidad laboral, falta de formación específica sobre la temática, tanto en profesores como tutores e incluso en los propios especialistas, la no aplicación de medidas de adaptación curricular por parte del profesorado, el cual no se implica por verse desbordado y no tener una preparación adecuada, siendo esto más habitual en la educación secundaria.
El paso de la etapa de la educación obligatoria a la posobligatoria conlleva el progresivo abandono de un número muy elevado de estudiantes con discapacidad, lo cual es muy perjudicial para ellos ya que es en esta etapa cuando se garantiza un mayor nivel educativo y acceso a la vida activa. Esto se debe en gran medida al bajo nivel de accesibilidad y a lo inadecuado del tipo de atención que se les presta, pues no existe obligación por parte del Ministerio de Educación de dotar a estos centros de personal cualificado, y también a que el profesorado de estos niveles educativos no tiene una actitud receptiva hacia la metodología de trabajo con este tipo de estudiantes.

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